En 2020 iniciamos recogida de datos por lo notorio que era la cantidad de familias que nos llamaban pidiendo información sobre como evaluar a niños con sospecha de Alta Capacidad pero alarmantemente era por niños, por esta razón iniciamos nuestra recogida de datos, arrojando estas cifras:
llamadas de familias: 77% varones frente a 23% niñas
Niños/jóvenes varones | Niñas/jóvenes mujeres |
87 | 26 |
Y a todo esto nos preguntamos ¿Por qué pasa?
Hay varias razones que explican este hecho. Desde ACTEF, Queremos poner la mirada en una de ellas:
A lo largo de los años se ha ido creando un rol sobre la mujer, que ha llegado a la sociedad actual. Este rol enfocado en el cuidado de las personas, hace presuponer que la mujer es empática, tiene una alta sensibilidad, es delicada, etc. Todos ellas son características que también son comunes a las personas con AACC.
No confundas las características de una niña AACC con el estereotipo del rol femenino en la sociedad
La palabra mujer conlleva unas características de personalidad que hacen difícil la identificación de las niñas, jóvenes y adultas con altas capacidades intelectuales. Además, las mujeres, sobre todo en etapas adolescentes, intentan no llamar la atención y se integran en los grupos, “escondiendo” sus altas capacidades por lo que, las lleva a vivir de manera silenciada.
Es por eso que es imprescindible la aplicación del protocolo de identificación a todos los niños y niñas en las escuelas, ya que disminuye la brecha de género.
Bajo el #AACCniñasvisibles queremos recordar a toda la población la gran diferencia de porcentaje entre hombres y mujeres identificad@s de altas capacidades intelectuales.
Según los estudios no existe una diferencia de género en la distribución intelectual de la población, pero aún así, como indica el Ministerio de Educación, existe un 30% mujeres y un 70% hombres valorad@s.
Os recomendamos nuestra entrada en el blog de ACTEF
Pero os podemos dar más datos:
ACTIVIDAD | NIÑOS | NIÑAS |
Taller de ciencia | 6 | 5 |
Club de retos | 9 | 0 |
Taller de debate | 8 | 1 |
Taller de emociones | 15 | 7 |
Taller de escritura | 3 | 5 |
Taller de juegos de estrategia | 6 | 2 |
Taller de exploradores | 4 | 3 |
Taller videojuegos | 17 | 1 |
Taller de Japonés | 7 | 7 |
Taller de dibujo Manga | 9 | 8 |
Como recoge Carmen Sanz Chacón, presidenta de la Fundación El Mundo del
Superdotado, en el Informe Nacional sobre la educación de los superdotados: “En estos
comportamientos influyen de forma muy importante los estereotipos de género y los
prejuicios sociales sobre todo en la adolescencia, pero también la menor tendencia de
los padres a considerar una posible alta capacidad en sus hijas frente a sus hijos”.
Así como dice en su publicación de 7 de marzo la Psicóloga Tere Millán, tenemos la responsabilidad como padres, como profesores, como sociedad, de ver
a las niñas con altas capacidades, de identificarlas dentro del sistema educativo, de
proporcionarles las mismas oportunidades que a los chicos, y de transmitirles, directa e
indirectamente, que son personas válidas y que pueden conseguir sus metas.
Si no lo hacemos así, no confiarán en sí mismas, sentirán que no deben ser ellas
mismas y no intentarán conseguir sus metas. Y desde fuera, nosotros simplemente
diremos “si es que eso no le interesa”.
Hay diferencias en la conducta de chicos y chicas con altas capacidades
Hay una serie de características propias de las chicas con altas capacidades, o más frecuentes en ellas que en los chicos, que hacen que pasen más desapercibidas.
Entre ellas, la más frecuente es el Efecto Pigmalión negativo: Si el entorno del niño (padres, maestros y compañeros) no reconoce y acepta su capacidad, éste se ajustará a las expectativas, negando o escondiendo su potencialidad.
¿Por qué ocurre esto? según Teresa Millán, si nos fijamos en la pirámide de necesidades de Maslow, una vez cubiertas las necesidades básicas y de seguridad, el siguiente escalón es el sentimiento de afiliación, de pertenencia a un grupo. Es la necesidad que tienen los niños de no sentirse raros, diferentes. Pero si con tal de integrarse niegan lo que son, a largo plazo pueden tener problemas de depresión, autoestima baja o ansiedad.
Otra característica frecuente es el miedo al éxito (Horner 1972), que afecta a la mayor parte de las niñas y mujeres brillantes, y que consiste en temer ser demasiado competentes en su trabajo y, como consecuencia, merecer el rechazo de sus compañeras o no resultar atractivas para sus parejas.
El perfeccionismo las lleva a intentar destacar como estudiante, como amiga, como mujer, como investigadora, como atleta…Suelen fijarse objetivos poco razonables y buscan el éxito en niveles cada vez más altos.
Cuando consiguen este éxito, puede surgir el síndrome del impostor, que consiste en atribuir el éxito personal a factores ajenos a la propia capacidad y al propio esfuerzo. Como consecuencia, perciben su imagen de persona brillante como algo accidental e inmerecido, y tienen miedo de que se descubra su falta de competencia.
Influyen los estereotipos de género y los prejuicios sociales
Tanto la familia como los profesores y la sociedad, si piensa en una persona con altas capacidades, piensa antes en un chico que en una chica.
Como cita Amparo Acereda en su libro Niños superdotados: “Distintas investigaciones señalan que las relaciones existentes entre el procesamiento cognitivo de la información y el funcionamiento del cerebro con los correlatos hormonales o biológicos no se ha dilucidado todavía, de manera que los datos existentes no son consistentes en la actualidad.
Sin embargo, se apoya la hipótesis de que hombres y mujeres están sujetos a experiencias de socialización muy diferentes, experiencias que ayudan a configurar la opinión del niño en desarrollo respecto a intereses y conductas apropiadas al rol sexual que influyen, a su vez, en las expectativas y en los logros.”
Citas
Indira Gandhi (1917-1984)
“Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad”.